Los invito a analizar e interiorizar esta historia que se convierte en un gran ejemplo para iniciarnos en el camino del desarrollo personal.
Cuando nace una langosta de mar, es muy pequeña y vulnerable, solo puede confiar en su dura caparazón que la protege de peligros cercanos, pero esta langosta, como todo ciclo natural, TIENE QUE CRECER... no tendría mayor problema ya que su pequeño cuerpo es blando y puede expandirse poco a poco, pero su caparazón, tan dura como nuestras uñas, no crece; entonces, la langosta debe QUITARSE SU CAPARAZÓN y quedar plenamente expuesta, dejando al descubierto una piel muy sensible (parecida a cuando nosotros nos hacemos una herida superficial) y en aquel estado inicia su PROCESO DE CRECIMIENTO.
En este periodo, la pequeña langosta SUFRE MUCHO, mientras poco a poco va generando una nueva caparazón de acuerdo a su nuevo tamaño, pero ese intenso dolor bien vale la pena para ella porque LO HACE A COSTA DE CRECER. Es así que durante toda su existencia debe pasar por varios procesos de crecimiento y sufrimiento a la vez hasta llegar a convertirse en adulta, llegando incluso a medir unos 40 cm. de largo con unos 7 kilos de peso en un aproximado de 15 años de vida.
Esta historia diagrama una de las premisas de la filosofía del desarrollo personal, ya que TODA PERSONA que quiere cambiar, DEBERA ESTAR DISPUESTA A ROMPER SU PROPIA CAPARAZÓN - la del prejuicio social, la de la vergüenza por sus emociones, la de la discriminación, la de creencias limitantes, etc. - CON EL FIN DE CRECER Y MEJORAR EN CALIDAD HUMANA...
...aunque nos duela mucho en el proceso.